Brillas, y todo el tiempo te empeñas en deslucirlo.
Todo el tiempo, se te pasa en una queja.
Entiende que desde mi maloliente agujero me rechinen los dientes.
Aunque te quiera.
Te empeñas en pinchar ese disco rallado una y otra vez, y me molesta, aunque te quiera. Quízás porque te quiero.
Y casi seguro, que por todo ello, carezcas del sentido de la
oportunidad y eso me exaspere.
Me exaspera. No he sido nunca comedida en las emociones.
No debería envenenarme, es otro de mis múltiples defectos,
todo siempre es susceptible de relativizarse.
Eso es lo que te pìde el tiempo, y el espacio que compartes,
que relativices.
Yo no puedo.
Eso es hambre para hoy y mañana te desollo. Por veneno.
La distancia nos oxida la manera de sentirnos, quizás si pudieras
sentir los músculos piloerectores amenazando bajo las costuras,
no habrías sido tan inconsciente
de obviar,
la gota de esa maldita estalactita,
que desde que nací me tiene cosida al suelo,
sufriendo una tortura china.
Tremendos versos
ResponderEliminarMuchas gracias y mucha curiosidad por tu persona, dado que lo único a lo que puedo acceder de ti es esa foto tan sugerente.
EliminarSe puede ver tu blog?