soplaba el viento
sabes lo que significa.

Se movía el aire

Madrid

Paseo de Segovia
Los arcos de cemento
y la ilusión es de cristal.
Me agarras como gárgolas.
Me
abrazo a la Acacia del paseo.

-No me separes de aquí-
Me estoy yendo.

Madrid me dueles en el tuétano

Paz

voy a hacerme algo de cenar
y recrearme en mi sistema digestivo
que es el único que agradece algo

Prunus Ceraceo achicharrado decide escuchar Aftermath

Siempre nos hemos llevado bien, pero sé que en el fondo eres diferente.

-Me he caído del guindo.

-Pues a estas alturas de la vida, debe ser un guindo alto. ¿Sabes que llegan a crecer hasta 10 metros? ¿Qué tal la caída?

Es lo que quiero decir, nadie va a pensar por ti en ti. Eso está claro. Los consuelos y las recomendaciones son en definitiva una necesidad de quitarse de encima una mosca molesta. Esa mosca, eres tú.

-Yo pensaba que algún día el Karma me devolvería...- Me río agriamente.

-El karma. Sí que has caído de alto. Tu guindo raya el límite de la botánica.

A veces me siento insultada cuando escucho algo como esto. El calor en el quirófano no deja tregua. Deberíamos sentir frío, eso es lo que dicen las recomendaciones de preventiva para evitar el crecimiento bacteriano. Sin embargo, llevo una mascarilla que me deja respirar el dióxido de carbono que emito y alguna escasa molécula de oxígeno que anda disuelta, pero hace calor. Debería quitarme la mascarilla y mandar las recomendaciones al infierno. Al fin y al cabo, si hace calor....

Hace calor, la piscina es una imagen en la cabeza de todos, hasta de los que no saben nadar.

- Algún día nos lo recompensarán...

- ¿El qué? ¿El haber sido gilipollas? Pues sí que estás tú caído del guindo.

El calor achicharra las neuronas, los guindos, y sobre todo el hospital. Necesito salir de aquí. Demasiada comunión sociológica. Estoy hasta el rabo de todos. Con perdón, de Dios o de lo que sea que no existe, o que existe para mal, que es peor y por ello incluso decido que hoy soy atea. No creo en nada, pero en nada significa que no creo ni en tu sonrisa desconocida. Algo ocultarás. Todo está lleno de beneficios secundarios. Por los clavos de... 

Te miro y en el fondo, veo esa samaritana satisfacción de que el Mundo te debe "algo".  Iluso. ¡jajajaajjajajjajjajjajajjaajjaj! ¡¡¡ILUSO!!!(Propenso a engañarse, autoilusionarse. 22ª edición RAE.) Creo, y si tuviera el conocimiento, la sapiencia y la literatura necesaria en la mochila; haría un ensayo sobre lo que deja el terreno abonado para el infame, el miserable y en definitiva: El malo.

Los buenos...

Los buenos religiosamente buenos (aunque algunos se consideren ateos, adoptan la bondad como una religión... se bautizan y todo) son la peor pesadilla de los humanos. Aran el campo, fertilizan la tierra, ponen la simiente con amor y con bondad (que no falte) y por si fuera poco, abonan. Joder, abonan.

En el medio del verano, con el asfalto humeando y las mucosas resentida de los aires acondicionados exagerados e inoportunos, los hay que abonan. 

Si ya está, no tienes que decir nada, lo sé todo. A penas he nacido y me siento vieja en esta película, no me sorprende nada y a pesar de ello sigo cometiendo los mismos errores de inepta. 

Te quedas sujetando su mano esta noche para pedirle al Karma, porque a Dios no, no vaya a ser que te confundas, que el día de mañana alguien te sujete la tuya. Ese es el problema real. Pero estás tan cerca de él que has decidido obviarlo. No te culpo, nada más lejos de ello...Pero es sólo que... tu bondad va en perjuicio de todos.

Así que en vista de que no puedo cambiar nada de nada, de nada, de nada, nada, nada...nado en la piscina de mi psique, de mi línea media, de mí, en definitiva de mí y he decidido que voy a escuchar Aftermath como si no hubiera un mañana y bailar al calor de la noche. Voy a ser humanamente egoísta. Egoísta. Esa es la línea media que nos habéis dejado.

ANTICLINALES

Futuro

El futuro me preocupa

hasta ocupar parte del pasado.

Entonces me doy cuenta,

del poco tiempo que queda

incluso si me quedara todo.

Cuesta retirar las deudas de la mesa.

Las deudas y la culpa.

 Cementerio

Dejo que el viento se lleve

lo que tengo dentro.

Un vencejo lucha el vuelo

y el trigo se agarra a la tierra.

Sólo la piedra entonces

resiste cómoda.

El rayo verde

lo hemos visto

y nos aterra

igual que una hipoteca.

Antes de que anochezca

cada día

tendremos que defender

desde la atalaya

que somos península

no isla.